
El declive paulatino y la desafección social
Los años de play-off, el año del ascenso y la temporada en Segunda División A, supusieron la llegada de ingresos económicos mal gestionados después por la directiva unionista. También se generó un gran impacto social en la ciudadanía irunesa que se fue apagando. Sólo estuvieron una temporada en la categoría de plata y en su vuelta a Segunda División B, se les presentaron dos nuevas oportunidades para volver.
En la campaña 2010/11, el Real Unión se coló en cuarta posición con 65 puntos, pero no consiguieron superar la primera eliminatoria cayendo ante el Sevilla Atlético, equipo que posteriormente ascendió a la categoría de plata. El conjunto unionista ganó el primer asalto en casa, pero después el filial sevillista remontó en casa y eliminó al Real Unión.

Iker Alegre, jugador unionista, disputa un balón ante un rival del Sevilla Atlético en la vuelta. / Fuente: PhotoDeporte
“Una vez desciendes de categoría, lo primero que tienes que hacer es tocar suelo. El club quiso intentar subir, pero sucedió que no estábamos preparados. Los años siguientes no tuvimos el mismo ritmo para meternos en fases de ascenso, pero así es el fútbol”, desgrana Otermin. Asimismo, aquella temporada el equipo unionista alcanzó dieciseisavos de final en la Copa del Rey y fueron apeados por el Sevilla CF, equipo de Primera División.

Xabier Otermin
Iosu Esnaola durante el partido de Copa del Rey contra el Sevilla FC. / Fuente: Diario Vasco
Al año siguiente, la temporada 11/12, comenzó la caída unionista y encadenó tres años sin poder superar el octavo puesto de la clasificación. La mala gestión económica llegó a generar una deuda que alcanzó 2,8 millones de euros, según la Cadena Ser. Todo ello derivó en la desafección social de manera gradual hasta la actualidad y, de nuevo, el naufragio deportivo en la Segunda División B. Aquella campaña el Real Unión terminó en decimocuarta posición, a tan solo dos puntos de la promoción de descenso a Tercera División. Otermin asegura que son etapas en el fútbol, el equipo tiene que aportar algo a la afición, “porque si no hay resultados no atraes a la gente”. También el club tiene que “conectar con la afición”. “Por tanto, si uno ni otro conectamos con ellos, la gente ira a lo fácil: no venir”, concluye Otermin con tono de tristeza.

Al Real Unión no le han acompañado mucho los resultados en estos últimos años y eso se nota.
José Antonio Santano
Durante la siguiente temporada, 2012/13, acabaron en octava posición mientras que la grieta de la deuda económica y la desafección social continuó abriéndose. En la Asamblea General, que se convoca de manera anual, el Consejo de Administración no alcanzó su objetivo económico fijado en 75.000€ de ampliación del capital. Dicha propuesta fue lastrada por los socios, quedándose en una ampliación de 10.000€ y provocó, también, un mayor distanciamiento entre la afición y el equipo txuribeltz.
Juan Domínguez: "El club entró en un problema económico y costó darle la vuelta"
Asimismo, aquella temporada se puso en marcha un Plan de Viabilidad y la aportación económica de consejeros y jugadores, tan necesaria para salvar la situación del club. Los primeros pasos del Plan fueron los pagos a Hacienda, Seguridad Social y entidades bancarias, dándoles prioridad por encima de pequeños acreedores. Por ello se creó malestar entre los 250 pequeños acreedores del club, generando pérdida de confianza. Santano asegura que “al Real Unión no le han acompañado mucho los resultados en estos últimos años y eso se nota, pero también podemos poner en positivo, que existe una masa social que es muy fiel”.

Imanol Idiakez, entrenador del Real Unión durante la temporada 2012/13. / Fuente: Fernando de la Hera
Una de las peores temporadas se consumó en la 13/14 y al final de la misma se cumplieron los peores presagios. En la faceta deportiva el Real Unión vio pasar su historia por delante de sus ojos, terminando decimoquintos un puesto por encima de la promoción de descenso, en una temporada, en parte, lastrada por los problemas de tesorería. Mikel Azkoiti, actual capitán del equipo unionista, explica que “al final lo primero que hay que tener en cuenta, es que el jugador de Segunda B vive del fútbol, pero en el día a día normalmente”. Además, añade que hay gente que no tiene prisa y “otra que necesita ese sustento para la familia, gasto u obligaciones que tiene que cumplir”.
Mikel Azkoiti: "Fueron años convulsos, los dos primeros sobretodo"
“Fue un año duro, que venía de años anteriores, aunque ese año se magnificó más. Llevábamos meses sin cobrar o cobrábamos un porcentaje los jugadores pero también estaban los trabajadores que no cobraban”, explica Otermin. Domínguez, compañero de Otermin en aquella plantilla, argumenta que el club entró en un problema económico y le costó dar la vuelta. “Nos pilló en medio de la tormenta y, como todo el mundo, lo que se intenta es poner de tu parte para que todo funcione”, concluye con tristeza Domínguez.
En cuanto a la faceta económica y social del Real Unión, el castillo de naipes txuribeltz estaba completamente derruido. Aquella temporada, los jugadores que integraban el equipo se plantaron durante varios segundos tras el saque inicial. Según desgrana Azkoiti se intentaron varias medidas. “Se hablaron las cosas pero que no estaba dando resultado, se optó por meter más presión a la directiva y creo que no le gustó, pero si lo entendió”, argumenta el azkoitiarra. El encuentro fue frente al Laudio en el Stadium Gal, un 18 de enero de 2014, debido a los impagos que venían sufriendo. Por otro lado, el 14 de julio de 2014 las trabajadoras y trabajadores del Real Unión Club SAD convocaron una asamblea para comunicar que el 21 de julio convocarían una huelga indefinida, por impagos de una media de 18 nóminas por persona asalariada.
Xabier Otermin: "Nosotros tenemos derecho a demostrar lo que sentimos"
Juan Domínguez, "Fueron varias temporadas donde el club no tenía liquidez para pagarnos al día"
Mikel Azkoiti:"Me parece más anecdótico a modo de presión y creo que en la directiva no gustó"
“La plantilla considera que ya no pueden hacer más sacrificios gratuitos por lo que se ven abocados a la convocatoria de huelga indefinida en exigencia del pago de sus salarios”, esgrimía el comunicado lanzado por los trabajadores de la entidad unionista. Cabe destacar que en el mismo comunicado Ángel Serrano, por aquel entonces delegado del personal, expresó que si la empresa les ingresaba aquella misma semana un mínimo de tres nóminas desconvocarían la huelga. Finalmente el paro llegó a su fin el 26 de julio de 2014, tras el ingreso de las tres nóminas exigidas en el comunicado. No obstante, la huelga pudo prolongarse debido al impago al Jefe de prensa y autónomo, Gorka Bergés.

Trabajadores protestando por los impagos de varios meses atrás. / Fuente: TxingudisportTV
El Real Unión consigue un título 28 años después
La temporada siguiente tuvo un aroma especial, a pesar de la mala situación económica. Se celebraba el centenario del Real Unión. El equipo con cuatro Copas del Rey en sus vitrinas y fundador de la liga española cumplía 100 años de vida. Aquella campaña 2014/2015, tras varias lejos de los puestos altos de la clasificación, el Real Unión alcanzó la cuarta posición y ganó la Copa Federación, un trofeo que ya había conquistado en 1934, cuando se llamaba Copa de España Amateur y en 1987, que tenía otro nombre distinto, Copa de España de Aficionados. “La verdad que fue un año espectacular, creo que del tiempo que llevo en el Real Unión son los momentos donde mejor futbol realizó el Real Unión. Se dieron partidos donde éramos netamente superiores al rival, teníamos mucha confianza y se trabajó de maravilla aquel año”, asegura Azkoiti, con gesto de felicidad.

El equipo del Real Unión celebrando el triunfo de la Copa Federación en el Stadium Gal. / Fuente: Argazki Press
Mikel Azkoiti: "Aquello le dio mucho al club, para celebrar algo en una época donde no teníamos poco que celebrar"
Fue un atisbo de luz entre tanta nube negra para un Real Unión, que hacía aguas económicamente y buscaba, a su vez, resucitar en el ámbito deportivo. Según Santano, alcalde de la ciudad irunesa, fue una hazaña que vino “bien” y echó una mano “sobre todo a la afición, a la confianza y al orgullo de formar parte del Real Unión. En definitiva, fue un oasis dentro de un desierto de resultados”.
J. Antonio Santano: "Fue un oasis dentro de un desierto de resultados"
Azkoiti argumenta que aquello dio “mucho al club, para celebrar algo en una época donde teníamos poco que celebrar”. Durante el campeonato se disputan dos fases, la autonómica y la nacional. En la primera de ellas, el Real Unión se enfrentó a la SD Gernika, Balmaseda SD y Aurrera Vitoria, en partidos de ida y vuelta. El conjunto unionista, dirigido por Aitor Zulaika, técnico cedido por la Real Sociedad, se llevó cuatro victorias, un empate y una derrota.
Con estos resultados se aseguró el pase a la fase nacional, con partidos a ida y vuelta. En dieciseisavos de final se enfrentó ante la SD Amorebieta, dejando un balance de 1 a 3 a favor del cuadro txuribetlz. En octavos se vio la cara ante el Almudévar. El equipo irundarra pasó por encima del conjunto almudevano y dejó un balance de 1 a 6. Una vez en cuartos, llegó un rival más complicado como el Atlético Baleares, equipo que actualmente lucha por el ascenso a Segunda A. En semifinales jugó ante el Linares Deportivo y terminó con cómputo de 2 a 0. En la ansiada final se enfrentaron al CD Castellón, el Real Unión sacó un 0 a 1 de Castalia y jugó en el Stadium Gal con el viento a favor, el 16 de abril de 2015. Domínguez, jugador unionista de aquella plantilla, expresa que “las últimas eliminatorias fueron muy bonitas y sobretodo la final, primero jugamos en Castellón, en un campo donde había mucha afición”. El cuadro fronterizo fue netamente superior al equipo albinegro, militante en Tercera División, dejando un resultado de 3 a 0.
Juan Domínguez: "Las últimas eliminatorias fueron muy bonitas y
sobretodo la final"

Xabier Otermin, capitán y portero unionista, levantando la Copa Federación. / Fuente: Diario Vasco
Fue la última temporada de Otermin, portero leyenda del Real Unión, con 14 temporadas vistiendo la camiseta txuribeltz y habiendo participado en todos los ascensos de la última década del cuadro unionista. Otermin aclara que no pensó que fuera su último año “pero al final cosas del fútbol…Va pasando gente y me tocó a mí”. El zarauztarra asegura que fue un final de ciclo bonito y “estoy contento por haber estado aquí”.
El equipo dirigido por Aitor Zulaika, técnico cedido por la Real Sociedad, se coló en cuarta posición con 61 puntos. En la fase de promoción le tocó el UCAM Murcia y en el doble partido el Real Unión cosechó un empate en casa en el partido de ida y cayó, en la vuelta, 1-0 en la prórroga.
La temporada siguiente, 2015/16, se quedaron a tres puntos de participar en promoción de ascenso y continuaba sumido en una situación económica insostenible, siendo ayudado por una Real Sociedad, que proporcionó liquidez, jugadores y técnicos a la entidad unionista. Aquel final de temporada el Real Unión vivió momentos agónicos, ya que tenían el peligro de descender administrativamente a la Tercera División. Un total de 16 jugadores de aquella plantilla unionista denunciaron ante la Asociación de Futbolistas Españoles, AFE, el impago de cuatro mensualidades y la prima por la conquista de la Copa Federación en 2015.

Once inicial del Real Unión durante la temporada 16/17. / Fuente: Fernando Lozano
La denuncia alcanzaba los 135.000 euros, donde no estaban incluidos los impagos a los tres jugadores que no se sumaron a la huelga y tampoco técnicos o asistentes del propio club. Azkoiti, en su entrevista, profundizó sobre el concepto de la deuda y explicó que no es tanto una decisión de plantilla, más bien es una práctica habitual de jugadores o plantillas de Segunda B. “Es un modo de asegurarte lo que es tuyo a través de la Federación o los sindicatos”, concluye.
Dicha cantidad de dinero debía ser ingresada antes del 30 de junio para evitar el descenso administrativo y así fue. No obstante, la situación económica del conjunto bidasotarra continuó pendiendo de un hilo.
Mikel Azkoiti: "El jugador está obligado a interponer esa denuncia para poder tener una respuesta legal ante un impago"
Las siguientes temporadas hasta la actualidad han dejado mucho que desear en las estadísticas del Real Unión, habiendo registrado el peor arranque liguero de la historia y habiendo disputado una fase de descenso a Tercera División en la temporada 2018/19, algo que no sucedía desde hace dos décadas. En la temporada 2016/17, el Real Unión consiguió abonar las nóminas de los jugadores justo a tiempo, salvando de nuevo un match-ball. En la Asamblea General celebrada en diciembre de 2017 se anunció que la Diputación de Guipúzcoa, el Ayuntamiento de Irún y Kutxabank abonarían una cantidad de 120.000 euros cada uno, a fondo perdido.
Asimismo, la Real Sociedad puso el resto que necesita el Real Unión, un total de 290.000 euros, para una deuda que alcanzaba los 630.000 euros más las quitas. Dicho ingreso llegó el 12 de junio de 2017, por tanto influyó en las cuentas de la temporada 2017/18 y, cabe destacar, que el conjunto armero se negó a participar. Finalmente, las cuentas de la temporada 2016/17 se cerraron con superávit de 210.088 euros.

Junta de Accionistas del Real Unión de la temporada 2016/17. / Fuente: Bruno Pracero
El Real Unión, que poco a poco palpitaba sin asistencia médica, terminó la temporada 2017/2018 por debajo de la mitad de tabla, en la decimotercera posición con 46 puntos. Aquella campaña el presupuesto ascendía a 2.092.000 euros, con un superávit previsto a 30 de junio de 2018 de 1.000.818, en parte gracias a la inversión a fondo perdido de 630.000€. Toda aquella liquidez procedió de las entidades mencionadas anteriormente y se le sumó la amortización de la venta de Yuri Berchiche al París Saint-Germain. Además, en la campaña 17/18 el Real Unión firmó un convenio, de pago único, junto a la Diputación de Guipúzcoa. La cantidad de liquidez que percibió el Real Unión fue de 150.000€, para destinarlas a la actividad deportiva del momento.

Yuri Berchiche disputa un balón ante un jugador del Sevilla B. / Fuente: Luis M. Unciti
En su penúltima temporada de la historia, el Real Unión cosechó su peor resultado clasificatorio en 20 años. El equipo irundarra se jugó la vida en la promoción de descenso en la temporada 2018/2019 contra el Jumilla, actualmente equipo desaparecido debido al impago de sus deudas, tras terminar en decimosexta posición con 44 puntos. La campaña comenzó con Juan Domínguez a la cabeza, un jugador de la casa, y cambió el bloque de jugadores que se venía manteniendo. Azkoiti, amigo y excompañero de Domínguez, dice que le parecía una dirección ambiciosa por parte del club, de apostar por Juan y del fútbol que quería hacer él. “Fue una gran pena porque no salieron los resultados y en el fútbol los que mandan son ellos”, señala.

Los jugadores del Real Unión celebran la permanencia ante el Jumilla, en la temporada 18/19. / Fuente: F. de la Hera (Diario Vasco)
Aquella temporada el Real Unión no hizo sus deberes y firmó el peor arranque de su historia en veinte años. En la recta final de la campaña, el conjunto fronterizo consiguió ganar cuatro de los últimos seis partidos ligueros llegando así en una buena dinámica al play-out. El partido de ida se disputó en el Uva Monastrel, campo del Jumilla, y el Real Unión se volvió a Irún con un empate a dos. En la vuelta, en el Stadium Gal, el equipo dirigido por Alberto Iturralde derrotó por 2 a 0 al equipo murciano y mantuvo la categoría de bronce. Santano asegura que los resultados no han acompañado al Real Unión y a la afición le costaba apoyar al equipo. No obstante, Juan Domínguez explicó que siempre he dicho que hay unos fieles que siempre vienen, en las buenas y en las menos buenas. “Aquellos son a los que nunca hay que reprochar nada”, explica.