
La llegada del profesionalismo y la transformación unionista
Tras tocar suelo, el Real Unión volvió a tropezar y terminó en el último lugar en la categoría regional. No obstante, el Real Unión se salvó por la bocina, como le ocurrirá después en ciertas ocasiones. En la temporada siguiente, 43/44, se creó la Tercera División y se anularon los descensos. Por tanto, el conjunto unionista pasó a formar parte de la nueva categoría, evitando descender. En su primera temporada en Tercera, el equipo irundarra acabó en el último lugar y disputó la promoción de descenso contra Maestranza Aérea Logroño. El Real Unión perdió la eliminatoria, aunque consiguió salvarse debido al aumento de equipos en los grupos de Tercera.
En la campaña 44/45, a pesar de no cosechar unos buenos resultados ligueros, el conjunto irundarra alcanzó la final del Campeonato de Guipúzcoa y se enfrentó contra el CD Elgoibar. El Real Unión cayó 2 a 1 y terminó subcampeón de Guipúzcoa. La situación deportiva no despegaba y en la temporada 45/46, la escuadra irundarra terminó en último lugar volviendo a disputar la promoción de permanencia, esta vez contra la Cultural de Durango. El conjunto txuribeltz, una vez más, acabó derrotado aunque mantuvo la categoría debido al aumento de los grupos en Tercera.

Alineación de un partido durante la temporada 45/46. / Fuente: AF Kutxa, obtenido en Libro del Centenario del Real Unión Club
En las tres siguientes temporadas, el Real Unión terminó en quinto puesto. Además, en la 47/48 el Real Unión se convirtió en Campeón de Guipúzcoa tras derrotar 4-0 al Tolosa CF en la final. Al año siguiente, el equipo fronterizo disputaría su última Copa del Generalísimo, hasta pasados diez años. Tras tres campañas manteniendo una línea de resultados regular, en la 49/50, el conjunto unionista terminó en el penúltimo lugar, 17º, y tuvo que disputar una liguilla de seis para poder evitar el descenso, siendo los dos últimos equipos los que descendían de categoría. El equipo irundarra consiguió el cuarto puesto y mantuvo la categoría aunque sería una alegría efímera. La campaña siguiente, 50/51, se cumplieron los peores presagios y el Real Unión descendió a categoría Regional.

Alineación de un partido durante la temporada 49/50. / Fuente: Archivo de Carlos Fernández de Casadevante
El Real Unión asciende a Segunda División
Ante una situación económica complicada, la deportiva se encontraba a la deriva. En la campaña 51/52 el equipo terminó en última posición, en este caso en categoría Regional. No obstante, volvió a salvarse, como lo hizo ya en otras ocasiones, debido al aumento de equipos, esta vez en la Regional, y supuso un alivio mantener la categoría para el cuadro unionista. Durante las próximas cuatro temporadas el Real Unión participó en dos promociones de ascenso seguidas, 54/55 y 55/56, siendo en la segunda cuando el equipo bidasotarra consiguió el ascenso directo para volver a Tercera División. En la campaña 57/58 llegó una nueva alegría, el Real Unión volvió a Segunda. La escuadra irundarra terminó en primer lugar y disputó la fase de ascenso. Para conseguirlo tuvo que superar dos eliminatorias, primero contra el Ejea a doble partido y después, frente al Lérida. Disputaron una eliminatoria de ida y vuelta, y se jugó un partido de desempate. Además, ganaron el Campeonato de Aficionados en Guipúzcoa.

Celebración sobre el césped del ascenso a Segunda en la 57/58. / Fuente: Hijos de Talo Arocena, obtenida en Libro del Centenario del Real Unión Club
Su estancia en la segunda categoría del fútbol español fue efímera, tan solo una temporada. El Real Unión terminó decimosexto, adjudicándose el descenso directo, y volvió a participar en la Copa del Generalísimo, en la campaña 58/59. En su vuelta a Tercera se le volvió a presentar la oportunidad de ascenso, clasificándose en segunda posición. En la eliminatoria se enfrentó a la SD Arenas Zaragoza y en esta ocasión, el equipo fronterizo no superó la eliminatoria. En las cuatro temporadas siguientes se coló en dos ocasiones en la fase de ascenso, primero 62/63 y después 63/64, siendo el segundo intento cuando consiguieron subir de categoría.

Celebración sobre el césped del ascenso a Segunda en la 63/64. / Fuente: Libro del Centenario del Real Unión Club

Recibimiento de los jugadores, en la Plaza San Juan, tras el ascenso a Segunda en la 63/64. / Fuente: Archivo Carlos Fernández de Casadevante

Recepción de los jugadores en el Ayuntamiento tras el ascenso a Segunda en la 63/64. / Fuente: Libro del Centenario del Real Unión Club
Durante la temporada 63/64, el Real Unión consiguió el primer puesto, realizando una temporada magnífica. Después superó dos eliminatorias, la primera contra Béjar y la segunda contra Plus Ultra. Cabe destacar que ambas eliminatorias fueron muy disputadas. Una vez en Segunda, se repitió la misma historia que en la temporada 58/59 y en la 64/65 el equipo unionista terminó en 16º lugar y volvió a Tercera. Javier Vallejo, portero de aquella plantilla en Segunda División, ex entrenador del Real Unión y actual socio del club, cuenta que él llegó aquella temporada procedente del Alavés, que estaba ya en Segunda División. Además, confiesa que desde el principio se acopló bien al equipo. “Eran todos muy buenos compañeros, tanto dentro del campo como fuera”, explica Vallejo. “Tal vez nos faltó creernos que éramos jugadores de Segunda, que podíamos dar más. Quizás pudo ser la capacidad de adaptación, el motivo del descenso a Tercera del Real Unión”, argumenta Vallejo.
En la campaña siguiente, la 65/66, los resultados ligueros pasaron desapercibidos y los unionistas alcanzaron la final del Campeonato de Guipúzcoa. Finalmente, el Aurrera derrotó al cuadro fronterizo, quedando así subcampeones del Campeonato. También se celebraron las Bodas de Oro del Real Unión, organizándose un torneo con FC Barcelona, Real Madrid, Real Sociedad, Athletic Club, Arenas Club y la selección guipuzcoana.

Talo Arocena, capitán del Real Unión y el capitán del Arenas Club intercambian los banderines. / Fuente: Guilló, obtenida en el Libro del Centenario del Real Unión Club
La campaña siguiente, 66/67, el conjunto fronterizo alcanzó la gloria y salieron campeones en la final de la Copa de Aficionados. El equipo unionista pudo volver a colocar un trofeo en sus vitrinas, tras derrotar por 2 a 0 a la SD Ilintxa. Vallejo cuenta con tristeza el transcurso de la temporada: “Quedar los segundos con los mismos puntos que el Eibar no nos gustó y nos quedamos a las puertas del ascenso. En cuanto al partido de Copa, no jugué pero mi compañero Zabaleta hizo un gran partido. El ser campeones mitigó un poco no haber ganado la Liga”.

Plantilla de la temporada 66/67. / Fuente: Javier Vallejo
Cinco años después se cumplieron los peores presagios y, en la temporada 71/72, el Real Unión terminó 19º y descendió de manera directa a categoría Regional. Cabe destacar que, a la mala situación deportiva, habría que sumarle el déficit económico acumulado temporadas atrás. “El descenso nos costó mucho tiempo borrarlo de nuestras mentes, salimos muy dolidos”, argumenta Vallejo, guardameta titular de aquella campaña.
En su primera temporada fueron subcampeones, colándose en la fase de ascenso a Tercera. Para ello se debía disputar una liguilla, entre cuatro equipos, y en esta ocasión el Real Unión se quedó a las puertas. No obstante, en la campaña 73/74 retornaron a Tercera División, tras conseguir un tercer puesto y participar, de nuevo, en la liguilla de la fase de ascenso.

Entrega de trofeos en la fase de ascenso a Tercera en a 73/74 (Taberna, capitán del Real Unión, a la derecha). / Fuente: Guilló, obtenida en el Libro del Centenario del Real Unión Club
El Real Unión se mantuvo tres temporadas consecutivas en Tercera, hasta la creación de la Segunda División B, el 4 de septiembre de 1977. Aquella temporada el equipo txuribeltz terminó séptimo y eran los 10 primeros los que conseguían el ascenso directo a Segunda B, que quedó conformada por dos grupos de 20 equipos.
En su primera temporada, 77/78, el Real Unión terminó décimo, a mitad de tabla, y en la siguiente, la 78/79, la escuadra unionista acabó 17º. No obstante, el descenso del Real Unión no fue deportivo sino que se decidió durante una Asamblea Extraordinaria, donde se debatió si el Real Unión debía renunciar o no a la Segunda B. “La situación económica era complicada. Iñaki Mújika, presidente en aquel momento, siempre me ha dicho que era la mejor opción que hubo en aquel momento por los problemas económicos”, relata Casadevante. Añade que en aquella época no había luz artificial y los partidos se jugaban a las tres o cuatro de la tarde, por ende, la asistencia a Gal no era muy grande. “La junta directiva tomó esa decisión porque consideraron que era la que había que tomar”, concluye Casadevante.
Carlos Fernández de Casadevante: "Cada uno en sus circunstancias hace lo que cree que tiene que hacer"
Tras realizar una votación ganó de manera aplastante, con 96 votos a favor, 14 abstenciones y 17 en contra, la opción de renunciar a la categoría de bronce. El motivo principal de todo ello fue la mala situación económica que arrastraba la entidad unionista.

Huelga de los jugadores de la primera plantilla del Real Unión en la temporada 78/79. / Fuente: Libro del Centenario del Real Unión Club
Pasaron siete temporadas largas, con resultados ligueros mediocres, aunque el Real Unión conquistó el Campeonato de Aficionados de Guipúzcoa en dos ocasiones de manera consecutiva, en la 80/81 y en la 81/82, siendo en esta segunda Campeón de Guipúzcoa contra el Aretxabaleta. Después, en la semifinal del Campeonato de Aficionados de España cayó ante el Barcelona. Otro destello futbolístico del cuadro unionista fue en la campaña 84/85 cuando volvió a alcanzar la semifinal del Campeonato de Aficionados nacional, de nuevo ante el FC Barcelona. La temporada 85/86 tuvo su aroma irundarra, al tener una plantilla en el primer equipo nutrida por jugadores de la casa. Vallejo, entrenador del primer equipo aquella temporada cuenta que fue especial. “En el campeonato hicimos una temporada irregular, pero estaba muy satisfecho con la plantilla que tuve. En su mayoría eran de Irún y me sentía feliz, porque era una plantilla hecha en categorías inferiores, lo que me permitió soñar de cara a un futuro”, añade.

Alineación del Real Unión en la temporada 80/81. / Fuente: Archivo de Carlos Casadevente

Alineación del Real Unión, en octavos de final en el Campeonato de Aficionados, en la temporada 84/85. / Fuente: Archivo de Carlos Casadevente
En la temporada 86/87, el Real Unión alcanzó una final deseada años atrás. El equipo txuribeltz se proclamó campeón de la Copa de Aficionados, un trofeo que no conseguía desde 1934. Vallejo, que continuaba como entrenador del Real Unión, explica: “La liga fue un poco mejor que la temporada anterior y seguían predominando jugadores de la cantera, aunque en liga no jugaban mucho y ¡llegó el Campeonato de España, vaya partidos! Fue algo que no he podido olvidar, el equipo no se relajó ningún momento”, relata Vallejo.
José Antonio Legorburu, canterano unionista y portero de aquella plantilla, explica que: “Para participar primero en el Campeonato de España Amateur, lógicamente teníamos que ganar el de Guipúzcoa, que lo conseguimos ganar contra el Trintxerpe”. Alcanzaron la fase estatal y Legorburu cuenta que tuvieron que superar varias eliminatorias. En octavos de final jugaron frente al Logroñés, en cuartos de final “un equipo de Menorca” y las semifinales contra el Torre Pacheco de Murcia. La eliminatoria se jugó a ida y vuelta. La ida se desarrolló en el Stadium Gal y el encuentro terminó en empate a dos, mientras que la vuelta se disputó en el estadio del equipo murciano, terminando el Real Unión ganador de la eliminatoria. Vallejo desgrana que se puso complicado. “Teníamos que ganar. Mis planteamientos siempre fueron que no nos marquen y luego ya veremos. Fue un partido de los que no se olvidan y ganamos 3 a 1”, señala Vallejo.
José Antonio Legorburu: "La eliminatoria se decidió a los penaltis, tuve la suerte de parar dos y conseguimos el trofeo"

José Antonio Legorburu, portero y capitán del Real Unión.
/ Fuente: Andrea Manzano
En la final se enfrentaron al Trintxerpe, a partido de ida y vuelta, y terminaron derrotándolo a penaltis. Aquel triunfo fue un rayo de luz entre las nubes grises que fueron llegando. Vallejo concluye: “En la ida caímos 0 a 1 en casa y las cosas se ponían difíciles, pero teníamos un equipo con carácter que supo reponerse. Le dimos la vuelta al partido con un 1 a 2 que nos llevó a los penaltis. En la tanda, Josean Legorburu estuvo inspirado y salimos campeones. Mi alegría no se podía explicar”. Legorburu fue protagonista, como contó Vallejo, de la final durante la tanda de penaltis, el mismo exjugador unionista con tono alegre habla sobre su actuación: “La eliminatoria se decidió a penaltis, tuve la suerte de parar dos y conseguimos el trofeo. La verdad es que muy contentos porque la mayoría de la gente éramos de Irún y conseguimos hacer historia con el club”.
Tras varios años de naufragio en Tercera División, el Real Unión volvió a encontrarse con el abismo al terminar en 16º posición, en la temporada 90/91. Legorburu confiesa que fue un poco duro. “Empiezas la temporada pensando que tienes buen equipo y ves que los resultados no van”. Cuenta que empezaron con un entrenador, Pedro Urbaran, pero hubo cambios y llegó Juanjo Goño.
“El equipo no remontaba y al final veíamos que nos estábamos acercando a los puestos de abajo”, espeta Legorburu. Reconoce que fueron momentos de tensión, “queríamos salir de ahí pero no podíamos, no ganábamos los partidos”. El último partido liguero lo jugaron en Sodupe, empatando a dos aunque el resultado no les valía para librarse de disputar la promoción de descenso. “Afortunadamente un resultado de otro partido nos favoreció, y al final conseguimos salvar la categoría”, concluye Legorburu entre suspiros.

El capitán Rafa Cruz entrega la Copa de Campeón del Grupo IV de 3ª Dvisión, al Presidente, C. Fernandez de Casadevente. / Fuente: Archivo de Carlos Casadevente
Este hecho supuso un punto de inflexión, ya que la siguiente campaña 91/92, la terminaron campeones de grupo y participaron en la fase de ascenso. En esta nueva temporada, llegó una directiva diferente encabezada por Carlos Fernández de Casadevante, acompañado de Gonzalo Arconada que dirigiría el primer equipo. “Se empezó una estructura más seria, por decirlo de alguna manera. Antes con los demás entrenadores entrenabas tres días a la semana”, explica Legorburu, capitán y portero de la plantilla, en aquel momento. Con Gonzalo Arconada comenzó la pretemporada muy exigente y Legorburu hace hincapié en que fue el motivo principal, porque se empezó a cambiar la dinámica.
“Al final conseguimos quedar primeros en la liga regular y tuvimos la opción de jugar el play-off de ascenso. En cambio, por golaveraje con el Izarra tendríamos que haber ganado un partido por dos goles o más y terminamos 2 a 1”, explica Legorburu. Fue insuficiente para subir a Segunda B y concretó que “por lo menos quedamos muy a gusto con la temporada, porque al final conseguimos ser campeones de Tercera”. La promoción de ascenso se jugaba con una liguilla de cuatro equipos, donde ascendía el primer clasificado. En este caso, el conjunto unionista, dirigido por Arconada, terminó segundo y se quedó a las puertas de subir.

Alineación del Real Unión en el último partido de la fase de ascenso en la temporada 91/92. / Fuente: Libro del Centenario del Real Unión Club
Carlos Fernández de Casadevante: "El ascenso supuso una gran alegría, fue contra el Mirandés"
La campaña siguiente, 92/93, el equipo dirigido, una vez más, por Arconada volvió a ocupar el primer puesto y a participar en la liguilla que daba la opción de escalar de categoría. Lergoburu explica que la planificación sufrió cambios y llegaron al play-off mejor físicamente. “Llegamos en un momento pletórico. Fuimos muy superiores al resto de equipos”, desgrana Legorburu. Esta vez el Real Unión fue el equipo agraciado y se hizo con el ascenso a la Segunda B. Legorburu concretó que al quinto partido de seis, ganando en casa al Mirandés 2 a 1, conseguimos ser campeones del play-off y ascender de una vez a Segunda B.
Casadevante, presidente en aquella temporada, explica: “Poco a poco conseguimos, de un club que estuvo a punto de descender a Regional, devolver la ilusión”. Concretó que quedaron campeones sus dos primeros años de mandato y el segundo consiguieron el ascenso, “lo que se notaba en la asistencia del público a Gal. El ascenso supuso una gran alegría, fue contra el Mirandés. Lo que ha llovido...donde están ellos y donde estamos nosotros”, concluye Casadevante.
José Antonio Legorburu: "Llegamos en un momento pletórico y creo que la planificación para el play-off fue muy acertada"

Recepción popular tras el ascenso a Segunda B en la 92/93. / Fuente: Archivo de C. Fernández de Casadevente

Celebración en el vestuario del ascenso a Segunda B en la 92/93. / Fuente: Archivo de C. Fernández de Casadevente

José Antonio Legorburo, portero y capitán del Real Unión, en Segunda B en la 92/93. / Fuente: Andrea Manzano
En sus tres primeras temporadas en Segunda B, estuvo dos veces cerca de participar en la fase de play-off. La más clara fue en la 95/96. El Real Unión terminó quinto, y entre los cuatro primeros se encontraba el Osasuna Promesas, filial del CA Osasuna, equipo que militaba en la Segunda División, sin opciones de ascenso. Sin embargo, fue el equipo del filial rojillo quien disputó la fase para subir de categoría. Cabe destacar que la temporada siguiente se modificó el reglamento, estableciendo que un filial no podrá disputar una fase de ascenso, si su equipo matriz se encuentra en una categoría superior sin opciones de ascender. Además, al final de aquella campaña se escenificó la despedida del antiguo Stadium Gal. Durante la temporada 96/97 el equipo unionista jugó sus encuentros en el campo Larzabal.


Remodelación del Stadium Gal durante la temporada 96/97. / Fuente: A. Anuncibay, obtenido en Libro del Centenario del Real Unión Club


Remodelación del Stadium Gal durante la temporada 96/97. / Fuente: A. Anuncibay, obtenido en Libro del Centenario del Real Unión Club
La campaña siguiente, 97/98 en el estreno del Stadium Gal, el conjunto unionista cosechó una temporada nefasta, quedando decimoctavos y descendiendo a Tercera División. Casadevante confiesa con pena que tiene una “espina clavada” del descenso a Tercera División en su último año de legislatura, ya que dimitió. Casadevante, presidente del Real Unión desde la temporada 91/92, cuenta con tristeza que tuvo que renunciar “por motivos personales” y presentar su dimisión para adelantar las elecciones.
Carlos Fernández de Casadevante: "Fue una época complicada"
“Fue una época complicada, con mi madre enferma de cáncer y también tenía amenazas en la universidad, con paquetes explosivos. Y luego, tenía que pelearme con el Ayuntamiento, donde el concejal de deportes, Miguel Paéz, nos exigía firmar un convenio, pero nosotros no podíamos porque el Real Unión económicamente no tenía nada para dar. Todo ello fue una incomunicación y otro elemento más que me llevó a dimitir y a convocar elecciones”, espeta Casadevante. El presidente que sucedió a Casadevante fue José Antonio Zabala, que estuvo una sola temporada, la 98/99, como presidente del Real Unión. Bajo su mandato el conjunto unionista volvió a Segunda División B, se clasificó tercero. El conjunto unionista participó en la liguilla para ascender, formada por la Peña Sport, UD Casetas, Peña Sport y CD Bezana. El equipo dirigido por Javier Garmendia quedó primero con 14 puntos y subió a la categoría de bronce.